Por último el lomo. Enhebré los cordoncitos originales que traía el libro, estaban un poco deshechos pero igual andaban bien.
La tela de encuadernar no la conseguí así que utilicé un lienzo blanco que pinté de rojo con pintura para tela. Luego le pegué una tira de un cartón delgado para darle cuerpo y la adherí al libro. Y así quedó nomás.
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